Mi casa será llamada casa de oración
En la capilla
dejamos la vida
la sangre
el ser
lo que somos
y lo que no,
allí, desnudos
ante Dios
no podemos fingir
ni engañar
ni no morir,
allí Dios
nos interpela
nos acusa
y nos ama.
Nosotros
inermes
nos dejamos estar
hasta que Él
con su luz tabórica
nos transfigura.
Este y no otro
es nuestro sino.
(Ezequiel Bas Luna OSB, Desde la Palabra en Contemplación)